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martes, octubre 04, 2016

De bailarina a prostituta

Por: Sofia Salame / Practicum 1

Había una vez, una colombiana hermosa, pero sobretodo talentosa. Marcela Loaiza tenía dos trabajos: en un almacén y los fines de semana era bailarina. Su hija estaba en delicada salud y la necesidad de cuidar de su madre la había llevado a tomar una de las decisiones más importantes de su vida…
Desde pequeña, el baile fue su pasión, las personas admiraban sus pasos y fue así que más tarde siendo adolescente, comenzó a trabajar bailando en clubes nocturnos. Una noche se le acercó un hombre alto y bien vestido. Pipo era “representante de artistas” y le propuso unirse a su equipo ya que “estaban buscando bailarinas en lugares exóticos”, ella se negó.
A pesar de haber dicho que no, la salud de su hija se agravaba, las deudas aumentaban y esa propuesta tan irresistible no se le salía de la mente “voy a ser famosa” pensaba, así que contacto a Pipo, éste la entrevistó y le juró que con su belleza se volvería millonaria. Ella le creyó y desde ese momento sus ilusiones le dieron cabida a un prospero futuro, a una vida digna y acomodada.
Tenía tan solo 21 años. Era joven y tenía un futuro por delante y fue así que decidió probar su suerte en Japón, le habían ofrecido una audición por contrato verbal y fue así que su inocencia y ganas de ser famosa, le ayudaron a tomar una decisión. Una noche, Marcela huyo de su casa en silencio, no se despidió de su madre ni de su hija, “era lo mejor”…
Marcela Loaiza, en ese momento con una identidad nueva: Margarretta Troff se subió por primera vez en su vida a un avión y llegó a Japón con un pasaporte holandés falso, una maleta llena de sueños e ilusiones, 2 mil dólares en su cartera y la promesa de que se ganaría mucho dinero bailando en clubes nocturnos. Le habían comentado que ella solo bailaría en una compañía famosa, montaría coreografías y después de cumplir su contrato regresaría a Colombia, con dinero y fama, así podría darle una vida digna a su hija…
La recepción en el aeropuerto no fue como esperaba, ni a quien esperaba… la recibió su nueva dueña o proxeneta: Carolina. Al llegar al territorio japonés se adueñaron de su dinero, documentos y sobre todo de su cuerpo, de su decencia y dignidad, era obvio, Marcela había caído en manos de la trata de blancas de la Mafia Yakuza. Marcela demandaba que era un error que ella solo venía a bailar y eso, no fue así. Le advirtieron que si contactaba a la policía ellos matarían a su familia.

Carolina le había dicho que había pagado mucho por ella y la amenazaba con cederla a otra mafia si no seguía sus reglas. “A partir de ahora me debe cinco millones de yenes y deberá pagarme, veinte mil yenes diarios” le advertía ella.
Marcela ahora tenía una grandiosa deuda por saldar. Así que se vistió con una minifalda, zapatos de tacón y una blusa con escote, se dirigió a la calle de Ikeburko en Tokio y esa noche había empezado la pesadilla de la bailarina colombiana. Trabajaba de 10 a 5:30 de la mañana, atendiendo de 10 a 15 clientes por noche, cada diez días la cambiaban de lugar para que no recordará las calles.
Vio a muchas compañeras morir, experimento las peores historias de dolor, fue brutalmente golpeada hasta haberse roto las costillas. Éstas y otras más, fueron las experiencias que vivió hasta que un día “un príncipe azul” la salvó…
Uno de sus clientes se enamoró de ella y cada diez días la iba a buscar a su nueva localidad, ella le dibujaba en papelitos un niña llorando (puesto que no sabía japonés y él tampoco español). Un día, él llegó con un ticket de tren, un mapa (al consulado de Colombia) y una chamarra, se escondieron en un McDonalds y la ayudó a escapar.
Consiguió que la regresaran a su país. Regresó a casa, su familia la esperaba. Regresó y los juicios no paraban, las personas la criticaban, la señalaban y ella sabía que ellos nunca lo entenderán…
Marcela hoy vive en EUA, ha escrito una novela, tiene una fundación y al final del día su historia tuvo un final feliz. Ella cuenta su historia como una forma de prevención y hoy busca no solo justicia con lo que le sucedió, sino para todas las mujeres que son despojadas de sus cuerpos y sobre todo, de su identidad.



CONOCE MÁS DE ELLA
INFORMACIÓN LETRAS LIBRES:HTTP://WWW.LETRASLIBRES.COM/MEXICO/TRATA-BLANCAS-ENTREVISTA-MARCELA-LOAIZA
EL TIEMPO: HTTP://WWW.ELTIEMPO.COM/ARCHIVO/DOCUMENTO/CMS-5494127

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