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martes, febrero 02, 2010

Alfredo Echeverría Ripstein no tiene límites


Viviendo por y para la pintura

Joven promesa de la pintura, se muestra honesto sobre su vida y sus objetivos.

Por Mercedes Dávalos McNally

Un día en un viaje por Europa en una especie de peregrinaje para ver a Vermeer, se compró el libro “Manifiesto Surrealista” firmado por Andre Bretón, lo que significó un recorte importante de presupuesto que lo dejó sin comer, pero para Alfredo Echeverría Ripstein valió la pena. El se describe como un artista, pero antes que nada como “un ser humano” que desde muy joven sintió pasión por la pintura la cuál jura nunca abandonar.

En una amena plática, retrospectiva, en su departamento de la añeja colonia Condesa de la Ciudad de México. Echeverria -de 27 años de edad- asegura a COMA, que “hablar de un inicio le resulta muy complicado”, sin embargo con sólo estar en su hogar se adivina que desde muy pequeño sentía gusto por el arte. En su sala cuelga una fotografía que lo delata a sus dos años de edad tirado en el piso dormido frente a una pila de instrumentos para dibujar.

Alfredo considera su preparación casi autodidacta. Incluso su paso por San Carlos le trae malos recuerdos porque siente que tuvo profesores deficientes. Su aprendizaje se lo debe a excelentes maestros, poco conocidos, y al uso de grandes herramientas como los libros e Internet.

Generalmente se le puede encontrar leyendo e investigando sobre métodos de pintura en su departamento de la Condesa. La poca decoración no ayuda a entender su estilo, él dice sentirse en un estado de maravilla constante casi místico, en el cuál nunca se aburre, lo que le da para dibujar cosas interesantes.


Ironía y libertad, motores de su obra

Al hablar de si mismo, de cómo trabaja y qué caracteriza su obra, Alfredo Echeverría Ripstein se percibe no muy diligente, pero explica en tono bromista que ha evolucionado en su forma de trabajar.

-COMA: ¿Cómo ha ocurrido éste proceso? - fue el cuestionamiento directo.

-Echeverría: Ahora uso tres colores en vez de 50, no sigo un patrón al trabajar. Mi método implica planeación sobre las obras antes de ejecutarlas. Primero estudio la composición abstracta y después la figurativa.

-COMA: ¿Qué motivos plasmas al pintar, qué reflejas o inspiras?

-Echeverría: Lo que me parece muy curioso es el tema de la ironía.

Rápidamente el rubio artista precisa que “muchas veces una pintura no tiene un significado simbólico, no trato de inventar una alegoría que se tenga que descubrir. No me gusta el simbolismo per se en la pintura. Creo que es algo que dejo de funcionar hace mucho tiempo”, afirma Echeverría.

El “judío errante” como se describe en forma bromista el también primo del productor Birman Ripstein, menciona que el borrar el low y el high art sería garrafal porque equivaldría a llevar a cabo una práctica sin el conocimiento adecuado, cómo olvidar los procedimientos los cuales considera importantísimos en una obra.

-COMA:¿Qué opinas del arte pictórico mexicano, tan rico en artistas a lo largo de la historia, cuál sería el pintor más destacado para ti?

-Echeverria: No me gusta el arte pictórico mexicano de la actualidad y ni el de la antigüedad y se me hace horrible el muralismo. Sin embargo, considero a Rufino Tamayo un excelente colorista.

-COMA:¿Para quién pintas?

-Echeverría: En ninguna ocasión podría decir que pinto para el público en general, ya que básicamente trato de que el proceso me genere una satisfacción tremenda en el sentido espiritual.

Directo y sin reservas recuerda que debe alejarse de todo tipo de críticas ya sean buenas o malas a menos de que sea algo constructivo, a diferencia del público que es a quien menos debe escuchar porque sólo lo harían fantasear de más.

El pensar en una fila de espectadores detrás de él le causa conflicto. No puede trabajar rodeado de gente. Necesita estar solo, al igual que para conquistar sus metas y llegar hasta donde simplemente él puede limitarse. “Me gustaría que la gente regresara con nuevos ojos a otras artes y a su arte mismo. Puede sonar bizarro, pero me gustaría causar curiosidad y edificar”, asegura Alfredo Echeverría.

Logros y Reconocimientos

Siempre con un lápiz en la mano y un cuaderno cerca, Echeverría no niega el gusto de que su arte mueva en el sentido emocional o poético, sino además le interesa pasarla bien, disfrutar y así obtener un buen producto final.

En el año 2007 y en el 2008 el pintor tuvo dos exposiciones respectivamente, una en el Centro Cultural Bella Época y la segunda en la Galería Trece la cuál contó con una ambientación muy especial y cuyas obras expuestas tenían la particularidad de ser sobre papel. Actualmente Alfredo Echeverría Ripstein sigue trabajando en distintos proyectos, y ha tenido la oportunidad de viajar para establecer relaciones con galerías en diferentes partes del mundo y enriquecer su conocimiento pictórico.

Sobre sus logros el joven pintor valora el ser reconocido con la Mención Honorífica en la Bienal Rufino Tamayo hace cuatro años por su obra “La Cantante”, lo conmueve, sin embargo él considera importantes los reconocimientos sobre todo para pagar la renta y para seguir haciendo lo que le gusta. “Definitivamente es mejor la buena crítica que la mala, pero me parece que es innecesaria y puede interferir con otras cosas positivas”, concluye Echeverría Ripstein.

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